mujeres


Una mujer (del latín mulier, -eris) es el ser humano de sexo femenino, en contraste al masculino, el varón. El término mujer se usa para indicar diferencias sexuales biológicas, distinciones de género en su papel atribuido culturalmente, o ambas cosas. El papel de la mujer en la política ha ido evolucionando año a año y tanto en países orientales como occidentales es actualmente común encontrar mujeres ocupando cargos políticos, aunque podrían ser más; y, a pesar de que aún existen muchos prejuicios y dudas debido a limitaciones culturales, muchas mujeres han alcanzado altos cargos dentro de los gobiernos de sus respectivos países, incluso en algunos casos han alcanzado el puesto como jefe de estado.
Afortunadamente, la lucha de las mujeres por poder ocupar cargos altos en la política da sus frutos, tal es el caso de
Phumzile Mlambo-Ngcuka, vicepresidenta de Sudáfrica, una esperanza de que el país tenga a su primer presidente femenino cuando el Presidente Thabo Mbeki deje el cargo en el año 2009.
Ministro desde
1999, de Asuntos Exteriores, una de las mujeres más conocidas en la política sudafricana los últimos años. La vicepresidenta, nacida en KwaZulu Natal en 1955, es licenciada por la Universidad Nacional de Lesotho en Ciencias Sociales y Educación. Se casó con un sudafricano durante su exilio en Suiza, en los años 1980 y tiene un hijo.
Entró en la política en 1994, haciéndose parlamentaria por el entonces recientemente legalizado ANC y tres años más tarde, entró a formar parte de la ejecutiva nacional del partido.
Este no es un caso aislado. Si bien es cierto que en la política la mayoría de los cargos de mayor influencia son ocupados por hombres en el mundo entero, las mujeres cada vez más demuestran sus ambiciones de poder, sus ganas de cambiar el estado de cosas, sus capacidades para tomar decisiones, su eficiencia y su profesionalidad.
El gobierno de
José Luis Rodríguez Zapatero es el primero de la historia de España en haber establecido una distribución de carteras entre sexos con 50 por ciento de cargos ocupados por mujeres, medida criticada por muchos ya que se basa en colocar a políticos (en este caso políticas) en el gobierno "por cuota del 50%", en lugar de colocarlos por su valía, experiencia, formación y voluntad de esforzarse. Todos los cargos de gobiernos anteriores eran ocupados por más hombres que mujeres, aunque la presencia de mujeres era cada vez mayor, coincidiendo con una mayor incorporación de éstas a la actividad política mediante la afiliación y una mayor experiencia y formación para la actividad política. Desde la prehistoria, las mujeres, como los hombres, han asumido un papel cultural particular. En sociedades de caza y recolección, las mujeres casi siempre eran las que recogían los productos vegetales, mientras que los hombres suministraban la carne mediante la caza. A causa de su conocimiento profundo de la flora, la mayor parte de los antropólogos creen que fueron las mujeres quienes condujeron las sociedades antiguas hacia el Neolítico y se convirtieron en las primeras agricultoras.
En la historia reciente, los roles de las mujeres han cambiado enormemente. Las funciones sociales tradicionales de las mujeres de la
clase media consistían en las tareas domésticas, acentuando el cuidado de niños, y no solían acceder a un puesto de trabajo remunerado. Para las mujeres más pobres, sobre todo entre las clases obreras, esta situación era a veces un objetivo, ya que la necesidad económica las ha obligado durante mucho tiempo a buscar un empleo fuera de casa, aunque las ocupaciones en que se empleaban tradicionalmente las mujeres de clase obrera eran inferiores en prestigio y salario que aquellas que llevaban a cabo los hombres. Eventualmente, el liberar a las mujeres de la necesidad de un trabajo remunerado se convirtió en una señal de riqueza y prestigio familiar, mientras que la presencia de mujeres trabajadoras en una casa denotaba a una familia de clase inferior.
El
movimiento feminista es en parte una lucha por el reconocimiento de igualdad de oportunidades con los hombres, y para la igualdad de derechos independientemente del sexo. Las dificultades para obtener este reconocimiento se han debido a factores históricos combinados con las costumbres y tradiciones sociales. Actualmente, gracias a los cambios económicos, el apoyo del poder económico y los esfuerzos del movimiento feminista de hace décadas y otros movimientos de derechos humanos, en la mayor parte de las sociedades las mujeres tienen acceso a carreras y trabajos, más allá de la atención de los quehaceres domésticos o de ama de casa.

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